¿Es necesario dejar de ser un colectivo para convertirse en una organización social? ¿Hace falta convertirnos en una organización tradicional? ¿Cómo sería este proceso? ¿Hace falta tener cargos y jerarquías? ¿Y si solo queremos ser un colectivo con una “estructura” fluida y fluctuante? ¿Cómo sería esa organización?
Estas son algunas de las preguntas que aparecieron cuando empezamos a trabajar con Economía Femini(s)ta (EF), un blog que se transformó en organización social en enero de 2018 con el objetivo de visibilizar la desigualdad de género a través de la difusión de datos, estadísticas, contenidos académicos y producción original orientadas a todo público, persiguiendo el ideal de democratizar el conocimiento y cerrar brechas. Hoy son capaces de comprender, cuantificar y explicar distintas fuentes de desigualdad económica que en el pasado han sido escasamente estudiadas.
Pese a que la primera inquietud y el motivo de acercamiento por parte de EF a Kubadili fue generar nuevas fuentes de ingresos, cuando empezamos a reunirnos con la organización a comienzos de 2019 compartimos tiempo y conversaciones e identificamos dolores que son comunes en muchos equipos. Un dolor muy frecuente, por ejemplo, es detectar inconvenientes en la priorización de agenda o la falta de procesos para la toma de decisiones en conjunto. Generalmente, esto conlleva a una falta de sinergia y dinámicas de equipo.
Para el equipo de Kubadili, este tipo de problemáticas son habituales en las organizaciones. Sabemos cómo acompañarlos para que el nivel de confianza aumente y los vínculos se fortalezcan. Estamos convencidos de que la calidad de nuestras conversaciones mejora la calidad de nuestros vínculos y que eso impacta en los resultados que ese equipo busca. Ese intangible entre las personas, convierte un grupo en un equipo poderoso que busca en forma colaborativa un objetivo común.
En línea con nuestra mirada sobre los procesos de los equipos, le propusimos a Economía Femini(s)ta acompañarles no sólo en la generación de nuevas fuentes de ingresos sino también en que logren hacer nuevos acuerdos de trabajo y revisar el modo en que venían trabajando hasta ahora.
Algunas de las dinámicas que se abordaron fueron:
Encuentros para reflexionar sobre el propósito y la visión de la organización. Con esta propuesta buscamos visibilizar propósitos, transparentar dónde y para qué está cada uno de los miembros. Se dieron conversaciones colaborativas que superaron las dificultades de la virtualidad. Los participantes resaltaron la oportunidad de generar intercambios sobre los temas más importantes para la organización. Desde Kubadili propusimos avanzar con dos espacios de reflexión con la intención de que aumenten la calidad de sus conversaciones conectando entre sí como personas más allá de sus tareas o resultados.
Acompañamiento personal a Mercedes, Directora Ejecutiva, como espacio de reflexión sobre su rol en la organización. Reflexionamos sobre las dinámicas del grupo y sus posibilidades de intervención con el objetivo de que ella pueda pensarse en relación a la organización, su estilo de liderazgo o su impacto en los demás.
Un encuentro virtual por mes desde julio a diciembre.
Retrospectivas con el equipo para entender qué oportunidades de mejora tienen como grupo y qué pequeños pasos pueden dar para mejorar. Trabajamos las dinámicas de grupo: cómo decidimos, cómo nos hablamos, cómo nos tratamos, cómo hacemos lo que hacemos. Buscamos generar espacios de diálogo abierto en igualdad de condiciones.
Uno de los desafíos que surgió fue encontrar espacio en las agendas para tener y continuar esas conversaciones. Esto es algo habitual en equipos que no han generado el hábito de la reflexión y de las conversaciones de calidad; suelen no darse el tiempo y priorizar otras cosas. Hablar de lo que no solemos hablar es difícil. La presencia de facilitadores ayudó a generar el contexto, a hacer las preguntas que nos hacen hablar de lo importante y nos ayudan a sostener la incomodidad. Es necesario contar con agentes de cambio en las organizaciones, líderes, que impulsen estos espacios, que con sus intervenciones ayuden a los equipos a generar conciencia sobre la importancia de las conversaciones de mejora, la necesidad de poner atención a nuestros vínculos, al feedback entre pares y a la reflexión.
“Mi rol en Economía femini(s)ta se dio sin una decisión o votación de por medio. Por mi personalidad terminé ocupándome de coordinar gran parte de las tareas de la organización. Fue un gran desafío a nivel personal encontrar cuál era mi rol y cómo podía llevarlo adelante. Nunca me formé para eso. El trabajo con Kubadili fue muy importante a nivel mucho más básico de lo que incluso me esperaba: hacerme cargo de este espacio y tomar un poco más de control sobre cómo podía aprovecharlo mejor yo y mis compañeras. Las sesiones sirvieron para reflexionar sobre mis labores, escuchar tips, experiencias de otras organizaciones y avanzar con una dinámica un poco más organizada en el trabajo cotidiano.” Mercedes D’Alessandro.
El trabajo con Economía Femini(s)ta tuvo encuentros de grandes niveles de honestidad y pudieron afrontaron temas dolorosos gracias a la participación horizontal y el compromiso de generar esos pequeños pasos de mejora.
¿Sos directivo de una organización o estás lanzando una nueva iniciativa?Desde Kubadili podemos acompañar a tu organización a dar los primeros pasos y a desarrollar tu rol de liderazgo. Contactate con nosotrxs para que podamos ayudarte.
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